Hablamos
del clima el día que al despedirse dejó un sobre en la mesa con una
docena de fotos en las más provocativas poses, y una nota que probaba
cuán transparente era mi perversión: ¿Quieres conocer con cuántos,
cuándo y cómo estuve?
En
la siguiente cita creyendo que dudaba ofreció hacerme su proxeneta. A
la manera de la secuencia aquí arriba dije ¡Esta es la chica! y la lancé
al estrellato de mis días. Excelente elección, hasta que salió de
estampida, a la manera de la otra aquí arriba.
En cuanto a mí comí tanta mierda como el tipo también en la secuencia.
Muy
David Lynch todo, no me extrañó luego que en el curriculum anexo al
desplegado de periódico solicitando amigos y novios, borrara nuestros
tres años juntos.
Habrá
que preguntarle al director si la historia da para un Mulholland Drive
II. Mi papel, claro, sería tan oscuro como el de ella.-0-
El Mr. no respondió a mi propuesta sino cuando un paparazi, creo, le informó de un nuevo episodio.La joven ida miles de kilómetros lejos, de paseo con su amante por mi ciudad y a fin de ahorrarse el hotel me tocó a la puerta. Bastó una mirada para ofrecerles una recámara, desde donde en pago y luego de comprobar que su pareja dormía a pierna suelta, cada noche pasaba a mi cama. Entonces conocí el paraíso.
Escribo esto desde la fantástica locación que Lynch encontró para recrear la escena.